Mensaje anual. Greenspon destacó los desafíos enfrentados en 2022 y los compromisos de la organización para 2023, porque no puede haber verdadera democracia sin libertad de prensa.
Miami, Florida, EE.UU
En el habitual mensaje de fin de año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el presidente Michael Greenspon, destaca los desafíos que enfrentó la organización en 2022 y los compromisos para el 2023.
Michael Greenspon, director global de Licencias e Innovación de Impresión, The New York Times Company, Estados Unidos, dijo: “El 2022 pasará a la historia como uno de los años más violentos para la prensa de las Américas. Cuarenta y dos periodistas fueron ultimados en 10 países. El flagelo de la violencia y la falta de resolución de los crímenes contra periodistas, generan una profunda fisura sobre la actividad periodística y una amenaza a la democracia en nuestra región que debemos combatirla.
En la Asamblea General de Madrid en octubre, alertamos sobre el “preocupante y franco retroceso de la libertad de prensa”. Fundamentamos nuestra sentencia por los asesinatos, pero también por las agresiones, el exilio de 29 comunicadores debido a la persecución política y el encarcelamiento de otros 15, entre ellos, dos integrantes de nuestra Junta de directores, Juan Lorenzo Holmann, en Nicaragua, y José Rubén Zamora, en Guatemala.
Hicimos varios esfuerzos para neutralizar estas violaciones a la libertad de prensa. Fuimos en misión en Guatemala, a principios de este mes, para reclamar al gobierno que detenga la persecución contra los medios y periodistas, que sea transparente y garantice el debido proceso en el proceso judicial contra Zamora. En mayo, visitamos Washington, para alertar a la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y agencias estadounidenses sobre las restricciones a los derechos humanos en Nicaragua y México. También denunciamos las graves consecuencias para la democracia si continúan desapareciendo medios de comunicación, ante la indiferencia de los gobiernos, agencias multilaterales, empresas, plataformas digitales y la sociedad civil.
Este año participamos de numerosos foros internacionales para reiterar nuestra preocupación y lucha a favor de la sostenibilidad económica de la industria periodística. Así como lo hicimos ante la UNESCO en mayo pasado, ante la OEA, a principios de diciembre, expresé que los medios de comunicación han ido perdiendo constantemente ingresos publicitarios, que alguna vez fueron su principal sustento. Una gran parte de la publicidad en el mundo ha migrado a plataformas digitales como Google y Meta. Y la paradoja de este desequilibrio es que las plataformas usan contenido de medios de forma gratuita para atraer audiencias y generar más ingresos publicitarios. Los medios, entonces, no son recompensados ni se benefician de la creación de sus contenidos.
Recalcamos como institución que los efectos de este desequilibrio son graves. Muchos medios de comunicación están cerrando, creando desiertos de información cada vez más amplios: ciudades y comunidades sin periodismo local. Y sin medios locales, sin organismos de control, se propaga la corrupción y las violaciones a los derechos humanos, mientras se reduce la participación ciudadana en los procesos electorales y el compromiso de la gente con su comunidad. Sin periodismo local, las democracias corren más peligro que nunca.
En este 2023 los desafíos serán muchos. A través de numerosos proyectos, con el acompañamiento de fundaciones y empresas, redoblaremos nuestro esfuerzo a favor de la seguridad y protección de los periodistas, así como crear una mayor cultura de acceso a la información pública.
También trabajaremos con otras organizaciones y plataformas como Google para apoyar la sustentabilidad de los medios, en especial en aquellas regiones más vulnerables debido a los avatares económicos y políticos.
Llevaremos nuestra voz ante organismos multilaterales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para exigir justicia ante la impunidad de los crímenes contra periodistas. Ante la UNESCO seguiremos insistiendo sobre la autorregulación en materia de moderación de contenidos en las plataformas digitales. Vigilaremos que toda regulación sobre moderación en temas de desinformación, discurso de odio y violación a la intimidad se circunscriba a principios universales sobre derechos humanos.
Por último, continuaremos buscando alianzas con otras organizaciones regionales y globales con las que nos une la misma misión a favor de las libertades de prensa y expresión. Este año, junto a 26 organizaciones, nos expresamos con la “Declaración sobre Nicaragua” y, con otras seis, denunciamos el “Año trágico para la prensa”.