Por Richard Medina/
Hace unos días, un grupo de amigos de infancia nos reunimos. Entre las múltiples anécdotas recordadas y temas conversados, estuvo qué retos habría que superar para lograr el desarrollo económico y social de República Dominicana en 30 años. Luego de la despedida del encuentro, me quedé pensando más profundamente en esa cuestión.
Entre los grandes retos del país que analicé se pueden mencionar los siguientes: la adaptación del cambio climático, la sostenibilidad de las cuentas fiscales, la capacidad del país para insertarse en las cadenas globales de valor, el control de la frontera y la migración haitiana ilegal, y la realización de otras reformas estructurales pendientes. Es por ello que quisiera dedicar una serie de artículos para explorar cada uno de estos retos, iniciando por las preocupaciones sobre el clima.
De acuerdo a datos del Banco Mundial, la temperatura máxima promedio del aire del país ha aumentado en 0.94 grados Celsius desde la década de los 1960s. Sin embargo, según las estimaciones del Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe descritas en la Revisión 2020 de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), se proyectan aumentos de las temperaturas máximas de 2 a 3 grados Celsius a 2050 (30 años) y de 3 a 5 grados Celsius a 2070 (50 años). Este incremento de temperaturas sería más notable en las áreas más densamente pobladas del país, especialmente el Gran Santo Domingo.
Además, en la actualidad se evidencia el efecto de islas de calor, donde comunidades muy urbanizadas perciben temperaturas por encima de la media durante las horas de trabajo. Esta situación, unida con el aumento esperado de las temperaturas promedio, incidirá en un aumento de la evaporación del agua, lo cual generará mayor estrés hidrológico. Es decir, ocurrirán más sequías, particularmente en zonas altamente pobladas de la parte sur y este del país. En efecto, en la Revisión 2020 de la NDC se estima que las lluvias totales anuales hacia el 2050 disminuirán un 15% en comparación a los valores históricos de 1961-1990; para 2070, las lluvias se reducirían un 17%.
Asimismo, hay que considerar que, por estar en una isla caribeña, República Dominicana es particularmente vulnerable a fenómenos climáticos, que se espera sean más intensos y frecuentes en los próximos años. Como referencia, recordemos las lluvias de noviembre de 2022 y 2023. Se estima que un 30% de la población dominicana es muy vulnerable a eventos climáticos extremos.
Dado este panorama, para la adaptación al cambio climático, se debe fortalecer la capacidad física en dos frentes: fomentar la resiliencia de las ciudades y aumentar la seguridad hídrica. A nivel de infraestructura hay grandes demandas sociales insatisfechas en el sector de agua potable y saneamiento (APS), como drenaje sanitario y pluvial, presas y acueductos.
En ese sentido, el Pacto por el Agua estima en US$8,564 millones el costo de la infraestructura de APS necesaria hasta 2036, de los cuales US$2,161 millones se utilizarían para construcción de drenaje sanitario, US$3,433 millones para la construcción de presas, y US$1,178 millones para la construcción de acueductos. Estas obras permitirían un mejor uso del recurso agua, ayudarían a controlar inundaciones y reducirían el impacto medioambiental de las aguas servidas.
No obstante, este monto probablemente será mayor debido a que las obras proyectadas para 2021-2024 se han ejecutado en menos de un 25%.
Por otro lado, se deben fortalecer las alianzas del Gobierno con agentes privados, asociaciones sin fines de lucro y organismos multilaterales para aumentar los recursos y proyectos encaminados a la reforestación y saneamiento de ecosistemas vulnerables, en especial los que impactan los afluentes de los grandes ríos dominicanos.
Las estimaciones de aumento de temperatura, sequías y violencia de fenómenos atmosféricos de las próximas décadas ponen de manifiesto la vulnerabilidad del país ante el cambio climático. Es urgente comenzar a planificar y mejorar la infraestructura de cara a esta realidad.
Descargo. Las posiciones de Richard Medina no son las de ninguna de las instituciones a las que pertenece el autor.
(Publicado originalmente en el Listín Diario)