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Venezuela y Cuba fueron el punto de choque durante la cumbre de la Celac celebrada este sábado en México, donde los presidentes de Paraguay y Uruguay cuestionaron la legitimidad democrática de sus pares Nicolás Maduro y Miguel-Díaz-Canel.
Las fricciones en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) arrancaron cuando el mandatario paraguayo, Mario Abdo Benítez, insistió en que no reconoce como presidente de Venezuela a Nicolás Maduro, sentado a unos metros de él.
«Le digo al presidente de Paraguay: ¡ponga usted la fecha, el lugar y la hora para un debate sobre la democracia en Paraguay, en Venezuela y América Latina! (…). ¡Ponga usted, presidente Lacalle (de Uruguay), la fecha y el lugar!», respondió Maduro ante el pleno.
Paraguay rompió relaciones con Caracas tras reconocer al opositor Juan Guaidó, quien en 2019 se autoproclamó presidente interino de la otrora potencia petrolera, sumida en una grave crisis que ha empujado a emigrar a millones de venezolanos.
«Mi presencia en esta cumbre en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro (…)», sostuvo Abdo.
Por su parte, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, afirmó que participar en la cumbre no significaba ser «complaciente» con países donde «no hay una democracia plena (…), se utiliza el aparato represor para acallar las protestas, cuando se encarcelan opositores».
«Vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela», subrayó Lacalle ante sus colegas sobre denuncias de violaciones de los derechos humanos en esos países.
Maduro invitó a la región a atestiguar los comicios para gobernadores y alcaldes del 21 de noviembre próximo, en los que la oposición participará luego de tres años de boicot electoral.
«¡Vayan! (…), vean al dictador Maduro cómo convoca a la elección número 29», ironizó.
Guaidó es reconocido como presidente interino por medio centenar de países, encabezados por Estados Unidos, aunque Maduro mantiene el control en Venezuela con apoyo de los militares, Cuba, Rusia y China. El líder socialista fue reelegido en cuestionados comicios para el período 2019-2025.
-«Mal gusto musical»-
Díaz-Canel replicó al finalizar las intervenciones.
«La mención de Cuba que hizo el presidente Lacalle denota su desconocimiento de la realidad», dijo el mandatario, acusando al uruguayo de adoptar un «paquetazo neoliberal» en su país.
«En mi país por suerte la oposición tiene resortes democráticos para quejarse. Esa es la gran diferencia con el régimen cubano», reviró Lacalle, quien leyó un fragmento de la canción «Patria y vida», himno de las protestas de julio en Cuba que dejaron un muerto, decenas de heridos y centenares de detenidos.
«Parece que el presidente Lacalle tiene muy mal gusto musical. Esa canción es una mentira y una construcción entre algunos artistas en contra de la revolución cubana», repuso Díaz-Canel.
Argentina y Nicaragua también cruzaron espadas luego de que el canciller nicaragüense, Denis Moncada, acusó al gobierno de Alberto Fernández de convertirse en «instrumento del imperialismo norteamericano».
El vicecanciller argentino, Juan Valle Raleigh, rechazó los señalamientos alegando que se basan en informaciones «falsas», aunque reconoció que su país ha respaldado informes de la ONU sobre violaciones de los derechos humanos en Nicaragua.
– Desafíos sanitarios y ecológicos –
En la plenaria varios mandatarios abogaron por el acceso equitativo a vacunas contra el covid-19 y la liberación de patentes, así como por la creación de un fondo regional para atender desastres derivados del cambio climático.
«Si no se comparte la tecnología no llegaremos al objetivo de inmunización (…) y la pandemia terminará por llevarse más vidas», advirtió Luis Arce, presidente de Bolivia.
El mandatario mexicano, Andrés Manuel López, Obrador, señaló que sería un gesto de buena voluntad de Estados Unidos «otorgar vacunas» a países de la región sin recursos para adquirirlas.
De su lado, el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, anunció que en la próxima asamblea general de la ONU pedirá que Centroamérica sea declarada «altamente vulnerable» ante el cambio climático, tras varios huracanes que devastaron la región.
Integrada por 33 países, la Celac surgió en 2011 con el impulso del fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, y otros gobernantes de izquierda como un contrapeso a la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que forman parte Estados Unidos y Canadá.