Los coches voladores podrían ser una realidad en un futuro muy cercano y estar disponibles comercialmente en el 2024. De hecho, el mayor impedimento no responde a la capacidad tecnológica para fabricarlos, sino a las dificultades regulatorias que su existencia generaría.
De momento, para las administraciones es complicado aportar un nivel de seguridad suficiente como para que estos coches surquen los cielos urbanos, tal y como asegura Hugh Martin, CEO de Lacuna Technologies, una compañía que ayuda a las ciudades a crear las políticas de transporte.
De hecho, los gobiernos ya están trabajando en la creación de normativas para gestionar el tráfico de vehículos voladores en el futuro.