EFE
Viena, Austria.-La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) considera que existe margen para un crecimiento mayor de la demanda petrolera en 2022 debido a la fuerte reactivación económica, que ya ha llevado el crudo a cotizar por encima de los 90 dólares el barril.
Este es el análisis que la OPEP expone en su informe mensual difundido en Viena, en el que mantiene su predicción de que la demanda aumentará este año en 4,2 millones de barriles diarios (mbd).
Ante esa robusta demanda y el llamamiento de los países consumidores, como Estados Unidos, de que la OPEP abra más los grifos para aliviar los altos precios del combustible, el propio grupo reconoce que no cumplió con el aumento de producción que se impuso en enero.
Menor impacto Ómicron
“Los precios del crudo están respaldado por sólidos fundamentos del mercado mundial de petróleo en medio de la disipación de los temores sobre el impacto de la variante ómicron y el aumento de los riesgos geopolíticos”, indican los analistas de la OPEP.
El barril de crudo de la OPEP cotiza a 91,84 dólares, lo que supone un 51 % más que los 60,47 dólares a los que se vendía justo hace un año. Desde el 1 de diciembre el aumento ha sido del 28 %.
Además de la fuerte recuperación, las tensiones entre Ucrania y Rusia, el segundo mayor productor del mundo con unos 10 mbd, han contribuido también a que suban los precios.
Los datos de una mayor actividad industrial y una recuperación de la movilidad, tanto a escala nacional como internacional, pueden traducirse en un potencial mayor consumo.
La OPEP también avisa de posibles riesgos para la recuperación, como la persistencia de cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, la inflación y el gran endeudamiento en algunos países desarrollados.
Con todo, “prevalece el potencial alcista (de la demanda), basado en un fuerte crecimiento, con el PIB ya alcanzando niveles previos a la pandemia, respaldado por estímulos fiscales, y unos niveles de comercio mundial en máximos históricos en términos de volumen”, valora el informe.
Eso llevará a que el mundo queme este año 100,8 mbd, superando el nivel de consumo de 2019.
Problemas con la oferta
Ante esta situación la OPEP y otros productores aliados, entre ellos Rusia, decidieron este mes mantener su calendario con aumentos mensuales de 400.000 barriles diarios pese a la presión de los países consumidores para que abrieran más el grifo y así reducir los precios.
Pero incluso ese incremento supone un desafío para la OPEP, ya que algunos de sus socios -como Angola, Nigeria y República Democrática del Congo, entre otros- no logran cumplir con sus objetivos de producción, como reconoce el grupo.
En total, la OPEP, según los datos de fuentes secundarias que cita el propio informe, se quedó por debajo en enero en unos 750.000 barriles diarios de sus propias metas de producción.
El acuerdo de bombeo para enero era de 24,55 mbd, pero por las espitas fluyeron 23,80 mbd. En esas cuotas y cálculos no se incluyen a tres países de la OPEP, Irán, Venezuela y Libia. Y es precisamente Irán, que en enero bombeó 2,5 mbd, uno de los pocos productores -junto a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos- que tiene capacidad para aumentar su producción a corto plazo.
Pero ese incremento depende de que lleguen a buen puerto las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán y se levanten las sanciones impuestas por EEUU.
Antes de que Washington volviera a imponer sanciones a la República Islámica la producción se situaba en 3,8 millones de b/d.
Sin embargo, las negociaciones en Viena sobre un acuerdo nuclear con Irán avanzan de forma lenta, lo que significa que ese petróleo adicional tan necesario para bajar los actuales precios seguirá bajo tierra. EFE