Santo Domingo
Es habitual que al iniciar un nuevo año las personas evalúen lo logrado en los últimos 12 meses, lo que quedó pendiente y lo que desean alcanzar en los 12 meses siguientes. Un común denominador en todos los brindis y listas de propósitos o metas de estas fechas es el deseo de felicidad. Pero, ¿es eso algo que nos llega? ¿Tenemos forma de atraerla o construirla? ¿Es un destino o un trayecto?
Susan David, doctora en psicología, profesora de la escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y autora del Manual de Oxford para la felicidad (2014) asegura que se trata de identificar y desarrollar esas habilidades que cada quien necesita para vivir en el mundo siendo realmente feliz, en el mundo tal y como es, no como le gustaría que fuera.
En un artículo publicado en el blog de la Universidad Iberoamericana (Unibe), la psicóloga Flor García Chaljub, afirma que realemente no existe una fórmula para alcanzar la felicidad, sin embargo, explica que sí podemos desarrollar hábitos que, de acuerdo a la ciencia, tienen un efecto positivo en nuestro bienestar. García Chaljub, quien además es orientadora y parte del equipo de psicólogos del Decanato de Estudiantes de la universidad, mencionó algunos de los principales. Para lograrlo:
Practicar el autocuidado. Como la palabra lo indica, se trata de cuidar de uno mismo, sacar tiempo para realizar actividades que te aporten energía y salud: ejercicio físico, ingerir alimentos frescos y saludables, descansar y sacar espacio para la diversión.
Mantener una actitud de agradecimiento. Apreciar los detalles, valorar todo lo que tienes por pequeño o cotidiano que parezca. Se ha demostrado que esta mentalidad reporta más felicidad, satisfacción con la vida y bienestar emocional. Reduce la ansiedad, el materialismo, la envidia, la agresividad y promueve una sana autoestima.
Desarrollar relaciones interpersonales satisfactorias. Mantener y cuidar la conexión sana con los demás y propiciar interacciones sociales cara a cara. Investigaciones recientes demuestran que los seres humanos estamos más conectados y somos más interdependientes de lo que nuestra cultura nos ha permitido aceptar.
Adquirir nuevos aprendizajes. Mantenerse aprendiendo desarrolla nuevas conexiones cerebrales. Sentir que usas tu tiempo en algo productivo aumenta tu sentido de autoeficacia y satisfacción personal y te aleja de pensamientos negativos. Hacer el mejor esfuerzo. Dar lo mejor de ti, sin olvidar que tienes limitaciones y que hay variables que no controlas, pero entregar ese 100 %, produce una sensación de satisfacción que se mantiene aún cuando las cosas no salgan como esperas. Valida el esfuerzo, no solo el resultado.
Dar de ti. Diversos estudios revelan que interesarte y ayudar a los demás activa el circuito de recompensa del cerebro. Sentir que contribuyes y aportas es una de las principales necesidades del ser humano y una fuente de bienestar.
Listín Diario
mb