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Reino Unido
El Reino Unido entregará hasta 10,500 visados de trabajo provisionales para responder a la escasez de mano de obra, un giro inesperado en materia de inmigración tras el Brexit tomado este sábado por el gobierno.
Los permisos serán de tres meses, de octubre a diciembre, y deberían paliar la enorme falta de transportistas y de personal en sectores claves de la economía británica, como la cría de aves de corral.
En los últimos días y a pesar de los intentos del gobierno de tranquilizar a la población, una multitud de británicos se precipitó hacia las gasolineras, después de que muchos productos se agotaran en tiendas y supermercados.
La decisión de otorgar visados choca con la línea defendida por el primer ministro británico, Boris Johnson, cuyo gobierno no ha dejado de insistir en que el Reino Unido no debería depender de la mano de obra extranjera.
Durante meses, el Ejecutivo intentó evitar tener que recurrir a los trabajadores de fuera, pese a las advertencias de numerosos sectores económicos y a una falta estimada de 100.000 camioneros.
Además de los visados de trabajo, se tomarán otras medidas excepcionales para garantizar el abastecimiento antes de las fiestas de Navidad, explicó el secretario de Transportes, Grant Shapps.
Así, en las próximas semanas, se movilizará a los examinadores del Ministerio de Defensa para aprobar miles de permisos de vehículos de transporte de mercancías.
El Ministerio de Educación y sus agencias asociadas desbloquearán millones de libras esterlinas para formar a 4.000 camioneros, poniendo en marcha campos de formación.
Shapps también pidió a los empleadores que colaboren «mejorando las condiciones de trabajo y los sueldos para retener a nuevos conductores».
Asimismo, se enviarán un millón de cartas para pedirle a las personas en posesión del permiso de conducción de camiones y que no lo estén usando, que vuelvan al trabajo.
Boris Johnson tiene que lidiar con una presión creciente. La crisis del covid-19 y las consecuencias relacionadas con el Brexit han acentuado la escasez, en tanto los precios de la energía se han disparado.
Fábricas, restaurantes y supermercados se han visto afectados por la falta de camioneros desde hace semanas o incluso meses.
A la cadena de comida rápida McDonald’s se le agotaron los batidos y las bebidas el mes pasado. Su competidor KFC se vio obligado a retirar algunos artículos de su menú, y la cadena Nando’s tuvo que cerrar provisionalmente decenas de restaurantes porque no tenía suficientes pollos para atender la demanda.