La ingesta de cafeína es popular en todo el mundo, cómo incide en la atención y otras actividades.
El café, una bebida tan popular como de culto en el mundo, y puede brindar numerosos beneficios para la salud. Y es que además del placer, tiene un efecto en el cerebro a la hora del aprendizaje.
De acuerdo a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, existe una relación de causa-efecto entre la ingesta de cafeína y una mejora en la atención y los niveles de alerta en actividades de corta duración y alta intensidad.
Diversos estudios, entre ellos uno elaborado por el Grupo de Neuropsicología de la Universidad de Barcelona, concluyó que, en dosis controladas, estimula el rendimiento mental.
Pero además, también ayuda a estar más despiertos en situaciones de falta de sueño, como a la hora de conducir de noche o de llevar a cabo trabajos nocturnos.
No por nada existen personas para las que luego de levantarse de la cama y antes de salir hacia el trabajo, consumir un café es prácticamente imprescindible.
Tomar café es una acción mecánica que nuestro cuerpo demanda. Pero a la vez surgen algunos interrogantes: ¿Estamos perdiendo algo a cambio? ¿Puede tener la cafeína efectos secundarios negativos a largo plazo?
Qué produce la cafeína en nuestro cerebro
La cafeína tiene muchos efectos sobre el metabolismo de su cuerpo. Pero el primero es que se trata de «un estimulante del sistema nervioso central, lo que puede hacer que usted se sienta más despierto y le dará un impulso de energía», resume MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
ale destacar, explican, que sus efectos se perciben a partir de los 15 minutos tras la ingesta y duran hasta seis horas, y se deben a su capacidad para bloquear los receptores de adenosina, que son las moléculas que inducen el sueño.
En ocasiones la cafeína no solo nos despierta, sino que causa una oleada repentina de placer.
La explicación tiene que ver también con el neurotransmisor del placer, la dopamina, que está involucrado en el proceso porque sus receptores están vinculados a algunos receptores de adenosina, indica La Vanguardia.
Cuando la cafeína alcanza a estas neuronas, activa y desata la dopamina, manteniendo bloqueada la adenosina.
Por qué tomar café en exceso puede ser malo
Más allá de lo positivo, los efectos antes mencionados pueden tener a la vez efectos adversos.
De todas formas, vale la pena aclarar, siempre es importante consultar a un médico para un diagnóstico adecuado y de necesitar un posterior tratamiento.
Algunos de los síntomas pueden ser los siguientes:
- Aumento en la frecuencia cardíaca
- Suba de la presión arterial
- Micción o la diarrea
- Insomnio y ansiedad
- Malestar estomacal o acidez
- Interferir con la absorción de calcio en el cuerpo
El problema del café no es tomarlo cada mañana o después de comer, sino volverse adicto.
Pese a que la EFSA asegura que el consumo diario de cafeína hasta 400 miligramos (el equivalente a cuatro tazas) es seguro para la salud, genera dependencia y es complicado.
De hecho, tras pasar por un período de consumo elevado (época de exámenes o de mucha carga de trabajo), costaría volver a la normalidad. Además, obliga a aumentar las dosis para provocar los mismos efectos.
La explicación está en que al generar cada vez más receptores extra de adenosina, nos acabamos adaptando al consumo de cafeína y necesitamos más, ya que hay más receptores que bloquear.
Como es imposible vencer a nuestro organismo, la consecuencia suele ser sufrir algunos síntomas de abstinencia (como dolores de cabeza, cansancio o ánimo depresivo) al reducir de nuevo la dosi.
La cafeína tiene consecuencias positivas y negativas, lo cual impele a aprovecharnos de ella en los momentos necesarios, sin abusar desordenada o compulsivamente o pensar en ella como si fuera un medicamento.
Fuente: Clarín internacional