El diagnóstico precoz de la enfermedad de alzhéimer es “muy importante para ralentizar su desarrollo, ya que cuanto antes se comience el tratamiento será mejor para evitar una rápida evolución”, según ha indicado el doctor Ernesto Orozco, neurólogo y neurofisiólogo del hospital Quirónsalud Córdoba-IENSA, que ha señalado que alrededor de un millón de personas padece alzhéimer en España y más del 30% de los casos de esta enfermedad está sin diagnosticar.
El doctor Orozco ha explicado, con motivo de la celebración este martes del Día Mundial del Alzhéimer, que se trata de una enfermedad neurodegenerativa del cerebro caracterizada por un deterioro significativo de la memoria, es la forma más frecuente de demencia, siendo la causa de más del 75% de los casos de demencia, sola o combinada con otra enfermedad coexistente, y ha recordado que cada cuatro segundos se diagnostica un caso de demencia en el mundo.
Los signos y síntomas más frecuentes de la enfermedad de alzhéimer, que afecta a más de 50 millones de personas en el mundo, y se diagnostican 10 millones de casos al año, son los olvidos, repetición de preguntas y de historias, pérdida de objetos, cambios de lugar de cosas, distorsiones de la memoria, combinación de recuerdos recientes y remotos, dificultades de expresión, y simplificación del lenguaje, entre otros. También se pueden desarrollar problemas de razonamiento y juicio, apatía, depresión e irritabilidad.
Esta enfermedad es una de las principales causas de dependencia y discapacidad en las personas mayores, aunque puede afectar también a menores de 65 años, que padecen alzhéimer de inicio precoz.
La enfermedad de alzhéimer “tiene predilección por unas regiones concretas del cerebro como son el hipocampo y la amígdala, así como los lóbulos parietal, temporal y frontal”, ha afirmado el doctor Orozco. Así el hipocampo y otras regiones del lóbulo temporal son las primeras en afectarse y las más afectadas. Estas regiones son las responsables del aprendizaje de nuevas experiencias denominada memoria episódica, es decir, el recuerdo de episodios como qué se comió el día anterior u otras experiencias personales. Los pacientes de alzhéimer tienen normalmente la memoria remota conservada, así pueden no recordar qué han comido el día anterior, pero son capaces de acordarse de cosas sucedidas en su infancia.
El doctor Orozco ha resaltado también que es “fundamental prestar especial atención a los cuidadores, esas personas que viven el día a día de la enfermedad con su familiar o persona cercana” y ha valorado el papel “primordial” que ejercen en la enfermedad.
El especialista ha recordado que no todos los casos de demencia son alzhéimer, pues conforme pasan los años en el adulto, se producen cambios en la memoria asociados a la edad, que forman parte del envejecimiento normal y se caracterizan por una disminución en la capacidad para aprender y recordar información nueva y se tienen olvidos simples, pero no se trata de cambios patológicos. El deterioro cognitivo leve es un estadio intermedio entre los cambios de memoria normales acordes a la edad y la demencia, y debe evaluarse mediante pruebas neuropsicológicas estandarizadas.
AFP