Agencia EFE
Elon Musk, con más de 200 millones de seguidores en su red social X, se ha convertido en un “gran amplificador” de desinformación, como alertan varios expertos consultados por EFE, quienes señalan el “peligro” que supone que el empresario utilice su vasta audiencia para sembrar dudas sobre la democracia estadounidense.
Musk, uno de los principales aliados del republicano Donald Trump en su carrera a la Casa Blanca, posee el perfil con más seguidores de la plataforma, por delante de Barack Obama (131 millones), por lo que su capacidad de amplificar mensajes “problemáticos” y basados en falsedades tiene un enorme impacto potencial.
Una investigación publicada en agosto por el Centro para Contrarrestar el Odio Digital, una organización demandada por Musk el año pasado por supuestamente ahuyentar a sus anunciantes, revela que cincuenta publicaciones engañosas del empresario relacionadas con los comicios en Estados Unidos acumularon entre enero y julio 1,200 millones de visualizaciones en X.
El estudio también revela que el empresario publicó casi medio centenar de mensajes en el mismo periodo en los que difundía información falsa o engañosa apuntando a una “importación de votos” por parte de los demócratas a través de la inmigración ilegal. Estas publicaciones obtuvieron casi 750 millones de visualizaciones.
Son datos que ilustran el gran alcance que logran las entradas del empresario, que no se limitan a público angloparlante, como ha podido comprobar EFE Verifica. Narrativas falsas promovidas por Musk, como las que afirman que los no ciudadanos podrán votar en las elecciones, que la demócrata Kamala Harris planea censurar las redes sociales o que los migrantes comen mascotas también han circulado en español.
Una peligrosa erosión de la democracia
Cristina Tardáguila, consultora sénior de investigación en el Instituto de Democracia Digital de las Américas (DDIA, por sus siglas en inglés), señala que el riesgo de que “un influenciador de ese tamaño” se vincule a la política es que expone “sus dudas” y las transfiere a más personas.
“Sembrar dudas es mucho más peligroso para la democracia que el posible cambio de voto”, explica Tardáguila, quien recuerda que aunque no es posible demostrar que una publicación en redes cambie la intención electoral de un ciudadano, generar incertidumbre sí corrompe la confianza en el sistema electoral y en la democracia en su conjunto.
Es una inquietud similar a la que plantea el Centro para un Público Informado de la Universidad de Washington, que considera que lo más preocupante que hace Musk en su cuenta es amplificar “contenido no verificado y problemático” que puede derivar en consecuencias reales. EFE