El económista Richard Medina, señaló que las pérdidas de las Edes es el gran reto que tiene el Estado, ya que se pierden miles de millones de dólares subsidiando energía y que, por ejemplo, ese dinero puede usarse para construcción de importantes obras.
“En el 2023 estuvo en 2,386 millones de dólares, si lo ponemos en perspectivas el tren que metropolitano que anunció el gobierno debe andar por los 1,100 a 1,200 millones de dólares, es decir que este costo de subsidiar a las Edes, podría usarse esos recursos para usar obras que son altamente necesarias” explicó y aseguró que en los primeros ocho meses las pérdidas aumentaron, pero que en los últimos tres esa tenía ha disminuido pero que un 36% sigue siendo alto.
Durante la conferencia titulada “Inteligencia Económica: Con o sin reformas, los negocios cambiarán de forma”, organizada por Ecoanalítica y C2S Consulting, se destacó que la insostenibilidad financiera de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDES) es una problemática a la cual se le debe prestar atención de manera urgente.
Richard Medina, experto en el sector eléctrico, resaltó el crecimiento sostenido de la generación energética en el país desde 2019, gracias al aumento del uso de gas natural y carbón. No obstante, advirtió que la situación financiera de las EDES es insostenible, ya que, pese a una mayor diferencia en el margen de precio de compra-venta de energía, las pérdidas continúan aumentando.
En ese sentido, Medina enfatizó que, sin una reforma estructural, reducir estas pérdidas no bastará para asegurar la estabilidad del sector. En su lugar, aseguró, sería necesario un incremento tarifario del 22 % o implementar subsidios anuales por aproximadamente US$602 millones.
Otros aspectos clave de la economía nacional fueron abordados por Bernardo Fuentes, vicepresidente de estudios económicos del Banco BHD, quien señaló la estabilidad relativa del país frente a un entorno global marcado por conflictos geopolíticos y volatilidad.
A pesar de estos desafíos, Fuentes entiende que los precios de las materias primas han sido estables, lo cual alivia en parte la presión sobre consumidores y autoridades.
Igualmente, expresó que las proyecciones para 2024 y 2025 anticipan un crecimiento moderado del Producto Interno Bruto (PIB), aunque podrían registrarse incrementos en la inflación, que podrían llevar a reducciones en las tasas de interés de hasta 3 %.
Mientras que el economista Magín Díaz, director de la Escuela de Economía de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), resaltó que la falta de una reforma fiscal integral ha impulsado un aumento significativo de la deuda pública, estimado en unos US$5,000 millones anuales.
Expresó que la reciente disminución del gasto público y el incremento en los costos de intereses limitan la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura, afectando así el crecimiento a largo plazo.
Par el cierre del evento, Alejandro Grisanti, presidente de Ecoanalítica, ofreció una perspectiva global y local, destacando la caída en los precios del petróleo y sus efectos duales. Por un lado, el beneficio para los países importadores de energía y, por otro, la inestabilidad que podría generar en economías dependientes del petróleo.
Grisanti también advirtió sobre el impacto de un dólar fuerte en América Latina y las posibles implicaciones de una reelección de Donald Trump en Estados Unidos, que podría cambiar el panorama comercial y afectar las inversiones en la región.
Durante el evento, realizado en el Hotel JW Marriott, se desarrollaron sesiones de preguntas y respuestas donde los asistentes dialogaron directamente con los ponentes, profundizando en las estrategias para enfrentar los desafíos económicos actuales y futuros.